Lo que veo con bastante frecuencia es un montón de jefes que no saben cómo guiar a sus colaboradores. Lo más gracioso, por usar un eufemismo, es que después son los jefes que se quejan de que sus colaboradores no saben trabajar en equipo. Y me pregunto: ¿qué hacen esos jefes para promover el trabajo en equipo?
Trabajar en equipo así como adoptar la filosofía ganar- ganar no son chips que uno se pone un día y se quita al otro. Son paradigmas de pensamiento que se desarrollan fundamentalmente en base a nuestros valores. Sería tiempo quizás de que esos jefes comiencen a revisar sus valores.
¡Nos hacen falta líderes! Y esos líderes suelen no ser los jefes.
Las personas que no son capaces de desarrollar habilidades de liderazgo suelen ser personas inseguras y prejuiciosas en las que predomina el temor por sobre el amor. El temor a ser superadas en algo, el temor a perder el puesto, el temor al qué dirán. Desde esta base resulta muy difícil construir equipos porque es que nuestra mente es manejada por el ego y además se enfoca en la escasez, es decir, en todo aquello que puede llegar a faltar en lugar de ver qué tenemos y cómo hacer lo mejor posible con lo que tenemos. En lugar de identificar los talentos de los colaboradores y potenciarlos, optan por criticar aquello que hacen en forma equivocada.
¿Qué hacemos entonces cuando nuestro jefe no es un líder? Pues lo mejor que puedes hacer es trabajar sobre ti mismo para convertirte en el líder de tu vida, para desarrollar tu inteligencia emocional y de este modo manejar de forma sana y eficaz aquellas situaciones y personas que suelen afectarte negativamente.
Si somos capaces de ser líderes de nuestra vida seremos capaces de generar cambios en los ámbitos en los que nos movamos y de motivar a otros a transitar ese camino. Y ahí puede formarse perfectamente un equipo.
Cuando algo nos genera malestar (una situación o persona) es porque hay discrepancia entre la realidad y la imaginación. La imaginación es lo que nuestra mente cree que debería ser esa persona, o lo que debería suceder, o cómo debería comportarse. La forma de que el malestar desaparezca es cambiar o bien la realidad o bien la imaginación.
Esto significa que tus opciones son: hacer algo que no hayas hecho para que esa realidad cambie o hacer algo para modificar tu pensamiento y dejar de esperar algo que no va a suceder (imaginación).
¿Quieres un líder? Pues conviértete en uno y deja de mirar para el costado.